Málaga, España.- La 27 edición del Festival de Málaga ha iniciado con la entrega de la Biznaga Ciudad del Paraíso a la actriz Lola Herrera de manos de Héctor Alterio. Y el Premio Ricardo Franco – Academia de Cine a la directora de arte Ana Alvargonzález.
La inauguración como es tradicional tuvo su alfombra roja donde se dieron cita decenas de artistas y personalidades en torno al mundo de la cinematografía española y latinoamericana. En una ceremonia donde los maestros de ceremonia fueron La Dani, Omar Banana y Marta Etura hicieron hincapié en la importancia del Festival de Málaga en España y en el mundo. ‘Málaga es una de las mejores ciudades para vivir el cine, es uno de los eventos culturales con más proyección de toda España. Sólo durante la pasada edición se alcanzaron los 90.000 espectadores en 10 días’, ha resaltado Etura.
También se ha inaugurado la exposición Iluminando lo invisible del artista madrileño Víctor Lafuente, que recorrerá la calle Larios hasta el domingo 10 de marzo.
“Con estas fotografías trato de mostrar lo que no se ve, provocar una conversación e invitar a los espectadores a sumergirse en las cautivadoras historias que se desarrollan en el backstage del Festival”, relata Lafuente.
La tradición y el impacto de la cocina mexicana en otras culturas inauguró la séptima edición de Cinema Cocina con la proyección del largometraje The Michoacan File, de Bernardo Arsuaga, y el corto Oro rojo, de Charly Birdman
Tras la proyección, Bernardo Arsuaga, acompañado por el reconocido chef mexicano Roberto Ruiz hablaron sobre el trabajo realizado en el documental mientras los asistentes degustaron taco de cochinita pibil y una Victoria Marengo, una cerveza negra especial, de los patrocinadores de esta edición Cervezas Victoria.
A lo largo del coloquio se ha puesto en valor la historia, los ingredientes y la cultura que rodea y sustenta a la gastronomía mexicana. ‘En ese intercambio cultural que muestro en el documental, en esa fusión de cocinas, no debemos pasar por alto que hay personas que han arriesgado su vida para que hoy, por ejemplo, nos comamos un taco’, ha explicado Arsuaga, quien han destacado la parte antropológica, cultural y la conexión con otros territorios que se plasma a través de los protagonistas del documental.
