De no atender al día de hoy, viene la ineficacia de nuestra
vida, por no concentrar nuestra energía y entusiasmo en el
día en que vivimos.
Aprovechémonos del hoy, sin permitir que las sombras del
mañana con sus presagios, nos roben lo que hoy es nuestro,
el derecho a ser feliz.
Debemos mantener un soliloquio cada mañana diciendo:»pase
lo que pase, quiero obtener el mejor partido posible en este
día». No he de permitir, que hurte la felicidad ni vulnere mi
derecho a vivir, este día desde el principio hasta el fin.
Suceda lo que suceda, no toleraré que ningún disgusto o
circunstancia que atraviese hoy mi camino, me quite el
sosiego de la mente.