A todos/as nos ha pasado alguna vez haber interpretado de manera engrandecida algún síntoma, preocuparnos por nuestra salud. Pero en la hipocondría la vida de la persona va a girar entorno al miedo a la enfermedad. El miedo a estar enfermo es su enfermedad, padece de ese temor por su propia salud.
Los pacientes con hipocondría acuden habitualmente con quejas, malestares, visitan frecuentemente las consultas médicas, de forma recurrente, aquejados de síntomas, muy similares a las afecciones orgánicas, pero cuando se realizan las pruebas diagnósticas, no aparecen resultados que certifiquen enfermedad orgánica alguna. Aunque en las pruebas médicas realizadas no se corrobore ningún diagnóstico, no ofrece alivio alguno para estos pacientes. Piensan por ejemplo que no les han hecho las pruebas correctas, o que no se lo han detectado, se han realizado mal, dudan del médico, de las pruebas realizadas. Supone un gasto muy importante a nivel sanitario y también un coste psíquico muy elevado en la persona. No hay nada que les calme. La enfermedad es el miedo a estar enfermo, que es una enfermedad por sí misma, la seguridad de padecer una enfermedad orgánica llega a limitar enormemente el día a día.
Tiene el mismo gasto psíquico que si tuviera una enfermedad orgánica, con incluso, las mismas sensaciones somáticas dolorosas, que no se pueden distinguir de lo orgánico. Son las mismas sensaciones pero sin lesión. No son simuladores, no fingen, tienen un nivel de angustia muy importante, desesperante. Lo que ocurre que una enfermedad orgánica es como si estuviera a otro nivel socialmente, como si lo psíquico no fuera nada, o se lo inventara, o como que por ser psíquico no fuese real. Cuando uno está enfermo se aparta, no puede amar, sus lazos se apartan del exterior para retrotraer su energía a la curación, está ocupado en aliviar ese gasto que le produce dolor. Por ejemplo, tienes fiebre, te quedas en cama, porque ese pequeño ejército que es tu sistema inmune está luchando contra el enemigo. Uno cesa de amar mientras sufre, se aparta de la realidad.
Podríamos pensar en el paciente con hipocondría que hay una situación externa o interna a la que responde como cuando era un niño, cuando tenias menos capacidad madurativa, es como si no pudiera reactualizar. El psicoanálisis permite a la persona construir una madurez a nivel psíquico, una actualización, donde va a poder tomar una nueva lectura interna y externa de la realidad. Cierta cuota de displacer es necesaria, porque va a permitir desarrollar otras habilidades, va a representar una modificación, una transformación en el yo. Si no se tolera cierto displacer va a haber otra huida de la economía psíquica. Hay algo intolerable que la persona con hipocondría descarga esa tensión en su propio cuerpo.

Tendríamos que preguntarnos si realmente el miedo a la muerte no es un disfraz, una máscara, donde realmente hay una dificultad de entregarse a la vida. Hay conflictos en la gestión de su energía psíquica, su sexualidad reprimida, su hostilidad, sus deseos inmediatos… Son procesos inconscientes que necesitan de una lectura psicoanalítica, una interpretación y un trabajo de transformación en la madurez de su aparato psíquico.
Hay fantasías inconscientes detrás de la hipocondría, sobre todo en varones jóvenes, hay mucha fantasmagoría en relación a la masturbación, hay un juicio moral. Vemos frases en el entramado popular referentes a esto ( te vuelves retrasado por ejemplo). Vemos que hay un conflicto en la disposición de la energía psíquica, en volverla hacia uno mismo. Los síntomas son satisfacciones sustitutivas y tienen que ver con nuestro proceso de socialización, donde tenemos que regular nuestras pulsiones más básicas para ponerlas al servicio de las funciones sociales, en el campo del deseo, la relación con los otros…
Hay un estancamiento en la hipocondría de la energía psiquica, la libido, que debe tener movilidad. Cuando dormimos por ejemplo también está esa libdio puesta en el yo, los sueños son egoístas, ahí la censura baja y van a aparecer deseos que abrigamos reprimidos, expresadas alucinatoriamente, deformadas,
El psicoanálisis te ayuda a trabajar para poder hacer frente a los deseos de otra manera, a tolerar ciertas aspectos de uno mismo y los demás que no se toleran, a redimensionarlos.
La hipocondría esta clasificada dentro de las neurosis actuales (junto a la neurastenia y a las neurosis de angustia), esto quiere decir, entre otras características, que tiene que ver con cómo gestiona la carga libidinal en la actualidad. La terapia psicoanalítica ayuda a gestionar mejor la energía
La hipocondría es una enfermedad psíquica, donde erogeniza su propio cuerpo, lo que le pasa es con la pulsión muerte, es como si fuera entregando parte de su ser. Es la forma en que representa su autoerotismo y descarga, es una energía psíquica que se carga en el propio sistema, en lugar de poderlo descargar, la gestiono con mi propio cuerpo, como algo masturbatorio digamos, no en el sentido genital propiamente dicho, sino que descargo la energía conmigo mismo, no la puedo gestionar, y la gestiono con mi propio cuerpo. También tiene que ver con una cuestión moral , con una represión inadecuada.
El miedo a la enfermedad es muchas veces una metáfora de un miedo más profundo, a algo desconocido, a lo que no se puede controlar. Hay un conflicto psíquico en la persona.
Nos producimos entre otros, hay que ir separándose de cierto egoísmo, de la soledad, dejarse de mirar a uno mismo, nos producimos entre otros seres humanos.
En la hipocondría no tiene energia para otras cosas, se observa mucho, está muy atento a su cuerpo. Toda su energía la tiene puesta en las preocupaciones, los síntomas, no pueden ocuparse de nada, es difícil encontrarse con otros . ¿Es un miedo a la enfermedad, a la muerte, o a entregarse a la vida? ¿a desprenderse de algo que no quiere perder, o tal vez a algún ideal, a sí mismo, a transformarse, a hacerse un sujeto del goce, mortal?
La salud es un trabajo, donde los procesos de enfermar hablan de la persona., en el proceso psicoanalítico hay que aceptar cierta cuota de displacer, necesario para crecer, para poder en la vida. El paciente va a ir poniendo en juego la relación con sus deseo, como pone en juego la pulsión vida, la pulsión muerte, la sexualidad…
La relación con su cuerpo viene a interrumpir la relación con la realidad , lo elabora a través del cuerpo, sin capacidad para elaborarlo psíquicamente.
Es como si fueran inmortales, parece que se han ido a la muerte y han vuelto, no toleran posicionase como gozantes. Se pasan la vida tratando de esquivar la posibilidad de la muerte, es como si estuviera en el borde del órgano. Está cobijadoen sus órganos frente a las variables de una vida, es la vida la que teme, sus propios deseos, el encuentro con los demás, las situaciones donde se le requiere de una transformación.
Es posible en un trabajo personal, en la relación psicoanalítica, donde se irán produciendo los cambios necesarios, un desarrollo adecuado para vivir sin tanto sufrimiento.
Laura López, Psicóloga-Psicoanalista