Un nuevo tifón azota la isla de Luzón (Filipinas) sólo 15 días después del huracán Goni, que dejó sin medios de subsistencia a casi dos millones de personas en el suroeste.
Según Acción contra el Hambre, resulta “enormemente complejo para las autoridades y para las organizaciones humanitarias responder a dos emergencias a la vez y más en un contexto de Covid-19 que ha mermado los fondos disponibles para hacer frente a las crisis humanitarias”.
Pese al enorme progreso realizado por el país (el segundo del mundo más expuesto a desastres) en términos de prevención y a los avances para alertar y evacuar a la población, la ayuda sigue siendo muy necesaria para garantizar agua, refugio y alimentos a las personas desplazadas”, explicó Benedetta Lettera, responsable geográfica de Acción contra el Hambre para Filipinas.
“La labor de reconstrucción de infraestructuras y de medios de vida necesita también un acompañamiento sostenido después de la emergencia”, agregó.
En su opinión, la temporada de tifones (octubre-diciembre) de este año está siendo una de las más graves de las últimas décadas en el archipiélago”.
Se calcula que este año el fenómeno de La Niña, directamente relacionado con la crisis climática, podría hacer que entre tres y seis tifones golpeen el archipiélago antes de final de año. “Los retos para la ayuda son también enormes en cuanto a la protección necesaria en un contexto de pandemia”, destacó Lettera. (SERVIMEDIA)
