Durante la última década, la percepción pública sobre los criptoactivos ha pasado de la curiosidad cautelosa a la convicción firme. La señal más clara de este giro procede del estudio paneuropeo difundido por Binance. Nada menos que el 74% de los encuestados españoles confía en que las criptomonedas tendrán un futuro estable a largo plazo.
Eso frente a sólo un 4% de escépticos. Esta estadística, sumada a la duplicación de la tasa nacional de adopción hasta el 9% en 2024, dato aportado por el Banco Central Europeo, confirma que España se ha situado en la vanguardia cripto de la Unión Europea.
La confianza cripto española en cifras
El salto de fe de la ciudadanía no se explica solo por la mera expectativa de beneficio. El mismo informe revela que el 18% de los usuarios españoles de Binance son mujeres, cinco puntos por encima de la media continental, y que un 58% se sitúa en la franja de 26 a 45 años, mientras que otro 22% pertenece al tramo de 18 a 25, y un 20% supera los 45.
El retrato resultante es intergeneracional y diverso, lo que ha propiciado que el país lidere iniciativas que van desde la integración de criptoactivos en carteras familiares hasta el entretenimiento digital. No en vano, los mejores casinos de Bitcoin compiten en popularidad y volumen de transacciones, con las modalidades de ocio en euros tradicionales.
Sin duda, ilustran cómo la confianza se traduce en usos cotidianos. Un segundo rasgo diferenciador lo aporta el nivel de capacitación. Casi la mitad de los criptoinversores nacionales, el 46 %, cuenta con estudios universitarios.
Un factor que, sumado a la alta proporción de autónomos y freelance (44%), sugiere que la adopción no es fruto del impulso, sino de una estrategia calculada de diversificación patrimonial y búsqueda de independencia financiera.
Javier García de la Torre, responsable de Binance España, subrayó recientemente que el ecosistema ha dejado de ser terreno reservado a perfiles técnicos para abrirse a profesionales que valoran la transparencia on-chain y la liquidez global como ventaja competitiva.
Declaración que encaja con la realidad de un país en el que la economía por cuenta propia supera ya los tres millones de trabajadores.
Antigüedad y puerta de entrada al ecosistema
El flujo constante de recién llegados también es alto, ya que el 52% de los usuarios españoles inició su aventura cripto durante los últimos doce meses, mientras que un 38% lo hizo entre uno y cinco años atrás. La puerta de entrada predominante, señala el estudio, son las redes sociales (44%), seguidas de las recomendaciones personales (30%).
Este dato es coherente con la postura de la CNMV, que ha anunciado sanciones para los fininfluencers que promuevan inversiones sin la debida transparencia, reconociendo así la influencia de plataformas como TikTok o Instagram en las decisiones financieras de los jóvenes.
Pero, más allá de la novedad tecnológica, la mayoría de los usuarios españoles, un 55%, identifica las criptomonedas como escudo frente a la inflación y reserva de valor complementaria, en contraste con el 13% que se mueve por la promesa de ganancias rápidas.
Esa preferencia por la utilidad práctica frente a la mera especulación ha roto el estereotipo de la “apuesta a corto plazo” y ha acercado los criptoactivos a las conversaciones sobre planificación financiera a diez o quince años vista.
No es casual que, según el BCE, una de cada cinco personas que ya posee monedas digitales combine su uso como inversión y medio de pago, señal de que la confianza estadística se está convirtiendo en hábito económico.
Distribución del patrimonio y tolerancia al riesgo
Las cifras del informe europeo de Binance dejan claro que la confianza se convierte en acción, puesto que cuatro de cada diez criptoinversores españoles (40%) destinan menos del 10% de su patrimonio a estos activos, mientras que un 19% supera el 50%, proporción ligeramente más alta que la media continental (15%).
La lectura es doble. Por un lado, la mayoría mantiene una asignación prudente dentro de carteras diversificadas que incluyen renta variable nacional, planes de pensiones y los primeros ETF de Bitcoin admitidos en la UE. Por otro, existe un núcleo grande de usuarios dispuestos a asumir una exposición elevada con la vista puesta en un posible ciclo alcista.
El propio Banco de España subrayó en su Informe de Estabilidad Financiera que la maduración del mercado y la vigilancia regulatoria han reducido el riesgo sistémico, aunque recordó que las criptomonedas siguen siendo un activo con mucha volatilidad.
Además, el Banco Central Europeo avanza con la fase piloto del euro digital y con pruebas de interoperabilidad entre redes públicas y privadas, lo que podría facilitar micropagos inmediatos y reducir comisiones en sectores tan sensibles al fee.
Al mismo tiempo, los proyectos de escalabilidad de segunda capa sobre Bitcoin y la próxima actualización Dencun de Ethereum prometen abaratar costes y mejorar la experiencia de usuario, alimentando la expectativa de que las criptomonedas establezcan su dualidad como reserva de valor y medio de pago cotidiano.