¿Sabes esas pelis que empiezas a ver y de repente no puedes despegarte, aunque no sepas bien qué está pasando? Bueno, La Sustancia es exactamente eso.
La cosa va más o menos así: una actriz, ya con unos años encima (porque sí, Hollywood es cruel), decide probar un tratamiento experimental para rejuvenecer… y obvio, todo se va al carajo. Hay sangre, hay momentos que te hacen decir “¿qué estoy viendo?” y, al mismo tiempo, hay una crítica clarísima (y bastante filosal) a la industria, la fama y esa obsesión medio enfermiza con mantenerse joven para siempre.
Y hablemos de Demi Moore, que está… wow. Se monta un papelazo. Entre el miedo, la inseguridad, el ego y esa mirada rota que te deja helado, se come la pantalla. No por nada la nominaron por primera vez al Óscar como Mejor Actriz. ¡Ya era hora!
La dirección está a cargo de Coralie Fargeat, que si ya la conocías por Revenge, sabes que no se anda con chiquitas. Aquí se tira de cabeza al horror corporal, pero con estilo. Hay un mensaje detrás de cada escena perturbadora, como si el gore viniera con comentario social incluido.
Y no lo decimos solo nosotros: la crítica está de acuerdo también. En Rotten Tomatoes tiene un 90%, que para una peli de este tipo es mucho. Y en taquilla ha recaudado más de 47 millones de dólares.
En resumen: si buscas una peli de terror que sea algo más que sustos y tripas, esta te va hacer pensar, te incomoda, te atrapa… y probablemente te deje reflexionando sobre lo que estamos dispuestos a hacer con tal de no envejecer. Rara, intensa y muy buena.
@María José Luque Fernández
@Imagen Pinterest