El movimiento islamista Hamás acusó el jueves al ejército israelí de haber matado a 20 civiles que aguardaban ayuda humanitaria en la Franja de Gaza, al día siguiente de un ataque contra un centro de desplazados en el sur de ese territorio palestino.
«La ocupación israelí cometió una nueva masacre contra miles de bocas hambrientas que estaban esperando ayuda humanitaria en la rotonda de Kuwait» en Ciudad de Gaza causando «20 mártires y 150 heridos», afirmó el portavoz del ministerio de Salud de Hamás, Ashraf al Qudra.
La Yihad Islámica, otro movimiento armado palestino, aseguró que se usaron «proyectiles de artillería y misiles» en el ataque.
La AFP no pudo verificar esta afirmación de manera independiente y el ejército israelí no respondió de inmediato a las preguntas de la agencia.
Varios testigos afirmaron a la AFP que el ejército israelí les disparó. Periodistas de la AFP vieron llegar a varias ambulancias al hospital Al Sifa de Ciudad de Gaza, en el norte del estrecho territorio.
En el sur, otro periodista de la AFP informó de que los bombardeos contra Jan Yunis eran incesantes desde el jueves.
El ejército israelí afirmó haber «rodeado» la ciudad, donde nació el líder de Hamás en Gaza, Yahya Sinwar, e instó a la población a partir hacia Rafah, más al sur.
Israel considera a Sinwar como uno de los artífices del ataque de Hamás el 7 de octubre contra su suelo, que desató la ofensiva militar en la Franja.
«Violación flagrante»
«No sé adonde voy», dijo Musa Abu Yusef, quien decidió huir cuando vio tanques dispando cerca suyo. «No agarré nada, ni cobija, ni tienda, nada», añadió.
Huir hacia Rafah, donde se encuentran la mayoría de los 1,7 millones de gazatíes desplazados, supone un peligro debido a los incesantes combates.
El miércoles, disparos de tanques contra un edificio de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos, la UNRWA, en Jan Yunis dejaron al menos «12 muertos y 75 heridos, 15 de ellos de gravedad», según indicó el jueves Thomas White, responsable de la organización en Gaza.
Israel exigió el jueves evacuar este centro que acoge a miles de palestinos que huyen de los combates y dio plazo «hasta las 17H00″ (15H00 GMT) del viernes», informó la ONU a la AFP.
Philippe Lazzarini, jefe de la UNRWA, denunció que el ataque constituía «una violación flagrante de las reglas fundamentales de la guerra».
Desde la capital de Angola, donde se encontraba en viaje oficial, el jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, volvió a pedir a Israel que evite matar a civiles y declaró que el edificio «debía ser protegido».
El ejército israelí indicó a la AFP que estaba en curso un «examen» de las operaciones y evocó «la posibilidad» de un disparo de Hamás.
La guerra estalló el 7 de octubre con la incursión de comandos islamistas que causaron unos 1.140 muertos en Israel, en su mayoría civiles, según un balance de la AFP a partir de datos oficiales israelíes.
Unas 250 personas fueron además secuestradas y llevadas a Gaza. Según un recuento, 132 permanecen cautivas, de los cuales se estima que 28 murieron.
La ofensiva lanzada por Israel dejó de momento 25.900 muertos, en su mayoría mujeres, niños y menores, de acuerdo con el ministerio de Salud de la Franja de Gaza, gobernada por el movimiento islamista desde 2007.
Críticas al mediador catarí
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, reafirmó su voluntad de continuar la guerra hasta eliminar a Hamás. «Hamás vino para aniquilarnos, los aniquilaremos», prometió.
«Estamos agotados. ¡Paren! Ambas partes deben parar. Es demasiado», lamentó Latifa Abu Rezk, que acudió a un hospital de Rafah a llorar los restos de un familiar.
Catar, Egipto y Estados Unidos intentan mediar una nueva tregua en Gaza, más duradera y que incluya la liberación de rehenes y prisioneros.
Pero en una grabación obtenida por la cadena israelí 12, Netanyahu consideró «problemático» el papel de mediador de Catar, que acoge a la dirección política de Hamás y concedió cientos de millones de dólares de ayuda a la población de Gaza estos últimos años.
«Tienen los medios para presionar [a Hamás] ¿Por qué? Porque los financian», afirmó en hebreo.
Catar juzgó que las declaraciones eran «irresponsables y destructivas», sobre todo respecto a los esfuerzos para «salvar vidas inocentes».