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Gasto en consumo final se desacelera y crece solo un 1,6%.

Gasto en consumo final se desacelera y crece solo un 1,6%.
  • El INE recuerda que el contexto de incertidumbre actual podría hacer que el dato definitivo experimente una revisión “mayor que la habitual”
  • El empleo crece en 678.000 puestos a tiempo completo en el último año, pero la productividad retrocede

El PIB español registró una variación del 0,3% en el tercer trimestre de este año, lo que supone una décima menos que en el segundo trimestre –cuyo crecimiento se rebaja ahora del 0,5% al 0,4%– y el menor avance desde el primer trimestre de 2022, según el dato adelantado este viernes por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

En términos interanuales, el PIB ralentizó su avance al 1,8%, frente al 2% registrado entre abril y junio, y encadenó su segundo trimestre a la baja. La economía española sigue así su senda de desaceleración económica, que se explica sobre todo en los efectos de la subida de tipos sobre el consumo interno –que de todos modos volvió a sujetar la economía española gracias al sector servicios– y la debilidad del sector exterior.

La ralentización económica es, por el momento, menos intensa de lo que habían previsto los principales analistas. No obstante, el INE recuerda que, “dada la dificultad inherente a la medición estadística de cambios de coyuntura en un contexto como el actual, todavía marcado por una alta incertidumbre resultante de los posibles efectos en la economía del contexto internacional, hace prever que las futuras revisiones de los resultados hoy publicados puedan ser de una magnitud mayor que la habitual”. El dato confirmado se conocerá en diciembre.

La contribución de la demanda nacional al crecimiento interanual entre julio y septiembre fue de 1,7 puntos, cinco décimas menos que en el segundo trimestre, mientras que la demanda externa contribuyó con 0,2 puntos, cuatro décimas más que en el trimestre pasado, pero lejos de los 2,8 puntos que registró al inicio del año.

IMPORTACIONES Y EXPORTACIONES

Así, el gasto en consumo final se desaceleró y creció solo un 1,6% con respecto al mismo trimestre de 2022. Esta tasa es 1,1 puntos inferior a la del segundo trimestre. El consumo de los hogares presentó así una variación interanual del 1%, lo que supone 1,2 puntos menos que en el trimestre pasado; mientras que el de las Administraciones Públicas se ralentizó al 3,3%, ocho décimas menos que en el trimestre.

Las exportaciones de bienes y servicios redujeron su ritmo de avance hasta el 0,7% interanual, 9,5 puntos menos que en el trimestre anterior. Las importaciones de bienes y servicios variaron un 0,2% respecto al mismo trimestre del año anterior, 3,1 puntos menos que en el segundo trimestre.

Las importaciones de bienes y servicios cayeron un 2,9% respecto al mismo periodo de 2022, 2,4 puntos menos que en el segundo trimestre, por la disminución en las importaciones de bienes (del -0,2% al -3%) y en las importaciones de servicios (del -2% al -2,8%).

A su vez, las exportaciones de bienes y servicios se redujeron un 2,4%, lo que se traduce en una caída de 1,3 puntos en comparación con el trimestre anterior. Esta desaceleración se produjo por un descenso en las tasas interanuales de las exportaciones de bienes (del -3,3% al -6,4%) compensado, “en parte”, por el incremento de las exportaciones de servicios (del 4,6% al 7,6%). No obstante, la variación del gasto de no residentes en el territorio económico aumentó 14,4 puntos, desde el 2,2% del segundo trimestre hasta el 16,6%.

EMPLEO A TIEMPO COMPLETO

Junto a estos datos macroeconómicos, el INE indicó que los puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo, definidos como el número de horas trabajadas entre la jornada media realizada en puestos de trabajo a tiempo completo, aumentaron un 2,4% respecto al trimestre anterior. Esta variación −que mejora el 0,4% registrado en el segundo trimestre− se explica por “el efecto combinado de la variación de las horas trabajadas y la reducción de la jornada media en puestos de trabajo a tiempo completo”.

En términos interanuales, el empleo presentó un crecimiento del 3,5%, cuatro décimas más que en el trimestre precedente, lo que supone un incremento de 678.000 empleos equivalentes a tiempo completo en el último año. Esta mejora de la ocupación se debió sobre todo al sector servicios, que aumentó cuatro décimas su crecimiento interanual respecto al trimestre anterior, hasta el 4,3%.

Por su parte, la tasa de variación del empleo de las ramas industriales se situó en el 0,2% (+1% respecto al trimestre precedente), en el 3,6% en la construcción (+0,6% en comparación con la primavera) y en el -3,2% en las ramas primarias (+0,1% con respecto al periodo comprendido entre abril y junio).

El número de horas efectivamente trabajadas se incrementó en un 0,1% respecto al segundo trimestre, en el que se registró una subida del 1,4%. No obstante, en términos interanuales, el crecimiento del número de horas efectivamente trabajadas aumentó en ocho décimas en el último trimestre, hasta alcanzar el 1,9%.

Esta mejora de las horas trabajadas se explica sobre todo en el sector servicios, que subió ocho décimas y alcanzó el 2,4% interanual. Junto a la industria –donde las horas trabajadas crecieron un 1% en el último, frente al -0,3% registrado en el segundo trimestre–, los servicios compensaron la moderación del empleo en la construcción, que se quedó en el 0,5%, un punto porcentual menos que entre abril y julio, y la mala dinámica de la agricultura, donde las horas efectivamente trabajadas cayeron un 2,5% con respecto al mismo periodo del año pasado.

PRODUCTIVIDAD

Sin embargo, la variación interanual de la productividad por puesto de trabajo equivalente a tiempo completo cayó un 1,6%, mientras la productividad por hora efectivamente trabajada registró un retroceso del 0,1%.

Esta regresión de la productividad se produce justo cuando PSOE y Sumar han acordado impulsar una reducción de la jornada laboral máxima desde las 40 horas actuales hasta las 37,5 en 2025. Las empresas han mostrado sus dudas con esta propuesta por los efectos que puede tener sobre la productividad.

Por último, los datos del INE revelan que el coste laboral unitario creció un 5,9% respecto al tercer trimestre de 2022, dos décimas menos que la variación experimentada por el deflactor implícito de la economía.

(SERVIMEDIA)

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