Sánchez y Aragonès convocan la mesa de diálogo pese a reconocer que las “diferencias abismales” dificultan el acuerdo

El jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, y el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, acordaron este martes celebrar una nueva reunión de la mesa de diálogo en Barcelona la tercera semana de septiembre, tras la Diada de Cataluña, aunque ambas partes admitieron que no será “fácil” encontrar una solución al conflicto político porque parten de posiciones “muy diferenciadas” en temas como la amnistía y la autodeterminación.

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Así lo indicaron ambos partes después de más de dos horas y media de reunión en La Moncloa en sus respectivas ruedas de prensa. Aragonès decidió trasladarse al Centro Cultural Blanquerna de Madrid para comparecer ante los medios, mientras que la portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, lo hizo desde la sede de la Presidencia del Ejecutivo.

Montero reconoció que “no será fácil” la búsqueda de soluciones y remarcó que “nunca hay garantía de éxito”, más aún cuando “existen diferencias abismales entre las partes que se sientan”. En todo caso, llamó a dar “tiempo al tiempo” y seguir confiando en la capacidad del diálogo, “que siempre es ilimitado”, para encontrar soluciones a los problemas en el marco legal democrático.

Por su parte, Aragonès comentó que en esta reunión se han constatado las “diferencias evidentes” entre el Gobierno central y la Generalitat sobre cómo resolver el “conflicto político” y aseguró que la reunión de la mesa de diálogo no será “fácil” porque el Govern de Cataluña no renunciará a la amnistía y la autodeterminación.

SOLUCIÓN GLOBAL

Aragonès, que fue el primero en comparecer, explicó que en esta reunión planteó al presidente del Gobierno una solución “global” ante una “represión” que afecta a los “exiliados”, a las personas pendientes de un procedimiento judicial y a las que son “víctimas” de la “persecución” del Tribunal de Cuentas. Para la Generalitat, aclaró, la solución global a esta situación es la amnistía.

Aragonès consideró que el hecho de que la mesa pueda retomar sus trabajos es la “mejor constatación” de que todas las partes quieren dar una oportunidad al diálogo, a la negociación y a la política, que todos tienen la “voluntad” de resolver el “conflicto”, y que todos saben que la resolución pasa porque los acuerdos de esta mesa sean “validados” por la ciudadanía mediante el voto.

También apostó por encontrar la “fórmula” para “satisfacer” la “voluntad mayoritaria de la ciudadanía de Cataluña para decidir democráticamente cuál debe ser el futuro político de Cataluña, y “para nosotros, esta solución es la autodeterminación”. “La solución por parte del Gobierno de Cataluña pasa por la amnistía y la autodeterminación”, añadió.

Por lo tanto, confirmó que la amnistía y la autodeterminación son los “grandes consensos” que llevarán a esta nueva ronda de negociación. Según Aragonès, el “primer paso” para poder avanzar hacia un escenario de diálogo es el “cumplimiento” de las recomendaciones contenidas en el informe del Consejo de Europa para poner fin a la “represión”, retirar las demandas de extradición a los “exiliados” y acabar con la “persecución” de representantes políticos y servidores públicos en el ejercicio de su mandato.

NEGOCIACIÓN

Aragonès destacó que la negociación con el Gobierno no será “fácil” porque la Generalitat no “renunciará”, sino que irá con toda la “ambición y determinación” a defender un referéndum sobre la independencia de Cataluña y a defender la amnistía, al tiempo que destacó que se tendrán que cargar de “perseverancia, perspectiva y paciencia”.

Preguntado por la composición de las delegaciones de la negociación, apuntó que lo decidirá el Gobierno de Cataluña en las próximas semanas y será una delegación institucional, pero no aclaró si el líder de ERC, Oriol Junqueras, formará parte de esta delegación. Asimismo, matizó que el “tiempo de vida” de la mesa se determinará por los “avances” que se produzcan.

Al respecto, puntualizó que la Generalitat se ha marcado un tiempo de dos años para revisar los trabajos de la mesa y decidir si se da por “concluida” o si se considera que se puede seguir “avanzando”. “Por lo tanto, el que sea necesario para resolver el conflicto político”, añadió, al tiempo que aseguró que su gobierno “nunca” se va a “levantar” de los ámbitos donde haya la posibilidad del diálogo y de la negociación.

Además, durante la reunión se validó que hay dos ámbitos de negociación diferenciados, que es el conflicto político, por un lado, y por otro muchas cuestiones relacionadas con las inversiones y con cuestiones sectoriales que se tratarán en la Comisión Bilateral Estado-Generalitat que está regulada y prevista en el Estatuto de Autonomía y que se reunirá durante el mes de julio.

SOLUCIONES COMPARTIDAS

Desde La Moncloa, Montero salió en rueda de prensa una vez finalizó la comparecencia de Aragonès y resaltó el “clima de cordialidad” que reinó en la reunión, además de subrayar que el conflicto en Cataluña lleva “demasiado tiempo enquistado”, por lo que “es el momento de superar este pasado, pasar página y empezar un nuevo camino que lleve a encontrar soluciones compartidas que miren al interés general del conjunto de la ciudadanía”. Eso sí, aseguró que el Gobierno no es ingenuo y sabe que éste “no es un camino fácil”.

La portavoz del Ejecutivo se remitió en todo momento a la necesidad del diálogo para evitar una “cronificación ya demasiado larga” del problema e incidió en que “España no tiene sentido sin Cataluña y Cataluña no se entiende sin España”. Además, explicó que durante la reunión uno de los puntos clave fue esa “normalización de las relaciones institucionales”, además de la situación de la pandemia y de la agenda socioeconómica.

Montero especificó que se ha llegado al acuerdo de convocar la Comisión Bilateral recogida en el Estatuto de Cataluña con el Gobierno para, fundamentalmente, hacer un seguimiento de las inversiones que estaban contempladas en los Presupuestos Generales del Estado y de otros asuntos que llevan tiempo pendiente. La intención es que la reunión sea a lo largo del mes de julio si las agendas así lo permiten.

Explicó que Sánchez también trasladó nuevamente a Aragonès la conveniencia de que se una a la Conferencia de Presidentes que se convocará a finales de julio. Sobre la mesa de diálogo, indicó que sirva para “retomar ese punto de encuentro y afrontar todos aquellos elementos que nos permitan superar este conflicto”. Se trata, dijo, de ir acercando posiciones y “buscando los elementos que nos unen”.

Asimismo, el jefe del Ejecutivo aprovechó esta cita para solicitar a Aragonès que “propicie un lugar de encuentro entre catalanes, en donde se puedan también abordar cuestiones que tienen con ver con la mejora de la convivencia” aportando “soluciones compartidas al interior de Cataluña”. Del mismo modo, Sánchez ofreció al presidente catalán su apoyo para la candidatura olímpica Pirineus-Barcelona 2030.

“EN NINGÚN MOMENTO”

Eso sí, preguntada por las distintas versiones trasladadas por ambas partes en sus comparecencias sobre el contenido del encuentro, la portavoz del Gobierno aseguró que el presidente “en ningún momento” habló de amnistía o de autodeterminación en su cita con el presidente de la Generalitat de Cataluña en el Palacio de la Moncloa.

En todo caso, Montero enjuició que tampoco es de “extrañar” que Aragonès durante sus declaraciones tras la reunión haya puesto el “acento” en aquellas materias que considera que pueden ser “importantes” para él. “Creo que Aragonès no esperaba que Sánchez hiciera ninguna referencia a ello”, añadió.

En palabras de la portavoz del Ejecutivo, “ambos componentes de este diálogo somos perfectamente conscientes de cuáles son las limitaciones y cuáles son los límites de cada uno”. “Aragonès expresa lo que tiene a bien expresar y Sánchez lo que intenta y posibilita es que la reunión sea útil, por supuesto cordial, dentro del protocolo de recepción de los presidentes autonómicos”. “Por tanto, no se ha hablado de ninguna de esas cuestiones” como la autodeterminación o la amnistía, insistió.

En síntesis, Montero abogó por dejar que los temas “maduren, asienten y nos permitan un acercamiento que haga mejor la vida del conjunto de Cataluña y posibilite ese reencuentro”. Recetó “sosiego” a la hora de buscar esas “fórmulas compartidas” y que sean “viables”. Eso sí, quiso replicar que ella no llamaría exiliados a las “personas fugadas de la Justicia” que el Gobierno quiere que “respondan ante los tribunales” como el resto de personas juzgadas o vinculadas al ‘procés’.

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