EEUU en el Acuerdo de París es clave para su implementación

Este acuerdo creado en Francia en 2015, compromete a los países firmantes a adoptar planes para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero.

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Por Marianela Mayer

La vuelta de Estados Unidos al Acuerdo de París, que el país norteamericano había abandonado durante el Gobierno de Donald Trump, es “clave” para enfrentar el cambio climático a escala global, ya que se trata del segundo emisor mundial de gases de efecto invernadero, explicó a Télam el abogado ambientalista Enrique Viale.

Los siguientes son los tramos centrales de una entrevista de Enrique Viale con Télam:

-Télam: ¿Qué significa el regreso de Estados Unidos al Acuerdo de París?

-Enrique Viale: Es fundamental que esté el segundo país que mayores emisiones (de gases de efecto invernadero) emite en el mundo. Para enfrentar el cambio climático es clave que haya un compromiso formal de Estados Unidos porque sino el Acuerdo de París se debilitaba mucho.

-T: ¿Qué efectos tiene esta reincorporación a nivel global?

-EV: Primero, tiene efectos reales: Estados Unidos va a tener compromisos concretos ahora para bajar sus emisiones de gases de efecto invernadero. Pero también simbólicos, ya que costaba mucho sostener y pedirle a otro país en el mundo que baje sus emisiones si no había el compromiso de uno de los mayores contaminadores.

-T: ¿Considera entonces que podría acelerar la implementación del acuerdo?

-EV: Claramente, la salida de Estados Unidos decidida por Donald Trump había debilitado mucho la implementación del acuerdo, más allá de que otros países igual seguían cumpliendo sus compromisos. No creo que su vuelta al Acuerdo de París sea la salvación de la problemática ecológica mundial, pero seguro estábamos mucho peor con Estados Unidos afuera.

-T: ¿El ejemplo de Estados Unidos podría reimpulsar la lucha contra el cambio climático en el mundo?

-EV: Es difícil eso, yo creo que con el Acuerdo de París sólo no alcanza. No es la solución para el planeta, pero sí es importante cumplir con él. Creo que va mucho más allá. Es importante que se haya ido un negacionista de la Presidencia del país más influyente del primer mundo, pero tampoco Biden es el presidente de una ONG ambientalista. Más allá de que las primeras medidas son interesantes, creo que no es suficiente. Hay que repensar un montón de cosas: los modelos de producción y consumo. El sistema de consumo de Estados Unidos es totalmente insostenible y necesita trasladar sus pasivos a otras partes del planeta.

-T: ¿No le tiene fe a la política ambientalista de Biden?

-EV: En las internas demócratas hay posiciones mucho más interesantes, como la de (el senador) Bernie Sanders o (la congresista) Alexandria Ocasio-Cortez, que ojalá tengan una influencia. Pero dentro del Partido Demócrata también están quienes se desligan de las políticas ambientales. Repito, Biden no es un ambientalista propiamente dicho. Es probable que no haya enormes cambios, pero es auspicioso que se haya ido Trump, de eso no hay duda.

-T: ¿Qué medidas ambientales podrían ser entonces realistas y prioritarias para el Gobierno de Biden?

-EV: Todo lo que tenga que ver con la quema de combustibles fósiles. Estados Unidos tiene un sistema muy grande -con pozos de fracking- y es uno de los consumidores per cápita de petróleo más grande del planeta. Tiene que cambiar muchas cosas y llegar a hacer ese cambio radical de la matriz energética porque el país emite casi el 25% de los gases de efecto invernadero y representa sólo al 4% de la población mundial. La responsabilidad que tiene en el cambio climático global es total, en la historia y en la actualidad, y es uno de los mayores responsables en dar vuelta este estado de cosas.

-T: Y a nivel global, ¿ve la lucha contra el cambio climático factible en este contexto de pandemia?

-EV: Creo que no tenemos otra, que el planeta en este marco de la pandemia -consecuencia de la degradación ambiental- está en un punto de inflexión. Estamos en los últimos años en los que podemos seguir eligiendo qué hacer, sino van a seguir sucediendo este tipo de cosas. El Acuerdo de París, no tengo duda de que se debe cumplir, pero es insuficiente y hay que discutir la división internacional del trabajo, como el hecho de que América del Sur sea portadora de naturaleza y proveedora de materias primas. La pandemia ha puesto en carne las mayores desigualdades exacerbadas, pero ha generado el otro efecto: ‘Ahora necesitamos desarrollarnos’. Pareciera que fuese una excusa, todo lo contrario. Exacerbamos todo aquello que nos trajo hasta acá y es peligroso, además de preocupante.

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