Málaga recibió la Supercopa de España

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La ciudad de Málaga ha sido testigo de lujo de la Supercopa de España, un trofeo que tradicionalmente se celebraba en verano, pero que tras la llegada de Luís Rubiales a la presidencia de la Real Federación Española de Fútbol le dio una vuelta de tuerca a una competición poco atractiva para clubes y aficionados, pero que, con este nuevo formato tipo Final Four ha cobrado un interés mucho mayor.

La presencia del Real Madrid, vigente campeón de la competición, le daba el cartel de favorito, pero ni siquiera pudo llegar a la final, encuentro que acabaron disputando FC Barcelona y Athletic Club de Bilbao. Los de Ronald Koeman siguen en franca mejoría en su juego y se han convertido en una seria amenaza por el título de liga, incluso ha mejorado su favoritismo en las apuestas deportivas a la UEFA Champions League.

El Estadio de La Rosaleda, anfitrión de la Supercopa

La Rosaleda se volvió a engalanar años después para recibir un evento de gran magnitud como la Supercopa de España. El estadio malacitano no había recibido un encuentro de esta dimensión desde 2012 cuando el Málaga CF jugo la Liga de Campeones de la UEFA, y no recibía un equipo de LaLiga Santander desde 2018.

En el primer encuentro se cumplieron todos los pronósticos en cuanto al atractivo del nuevo formato competitivo, llevando la Real Sociedad al FC Barcelona hasta la tanda de penaltis que decidió una joven promesa blaugrana, Riqui Puig desde los 11 metros. Y la segunda semifinal deparó lo que todos los guionistas esperan en estos trofeos, una auténtica sorpresa, siendo el Athletic Club de Bilbao el segundo finalista, venciendo al Real Madrid por 2-1 en un partido en el que Raúl García fue el héroe para los rojiblancos.

Los encuentros también tuvieron algo de presencia de la tierra, gracias a la actuación de Melero López como cuarto árbitro y de Diego Barbero como asistente número 1. Por desgracia, Isco no pudo disfrutar del que fue su estadio, a pesar de que el Real Madrid necesitará en la noche del jueves 14 de enero la brillantez de ideas del de Arroyo de la Miel.

Lo cierto es que si la primera semifinal demostró la ambición de ambos conjuntos por el título, en la segunda parecía que al Real Madrid le sobraba esta competición, y que pensaban más en volver a la capital de España a preparar la liga que a intentar aumentar con un título más las vitrinas del Estadio Santiago Bernabéu. Tanto es así, que el rostro sonriente de Zidane al acabar el partido era una imagen perfecta de la importancia que le dio el técnico galo al encuentro.

Por suerte para la ciudad y la RFEF, la Supercopa de España fue un éxito de organización y Málaga volvió a dar ejemplo una vez más de ser un entorno ideal para acoger todo tipo de citas deportivas. Una vez finalizado el evento, La Rosaleda vuelve a la realidad de la segunda división española, donde el Málaga CF seguirá peleando por mejorar situación deportiva e institucional.

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