Por un lado, el evento se centró en aspectos prácticos como la viabilidad financiera, los cambios necesarios en el sistema fiscal, las consecuencias para los sistemas de pensiones y de seguridad social actuales y los argumentos políticos y sindicales.
Por otro lado, el cambio de paradigma de separar la renta del trabajo y las consecuencias para las relaciones interpersonales, así como el posicionamiento psicológico del ser humano en el mundo, también fue tratado como un aspecto fundamental.
Dado que la renta básica sería recibida por todas las personas sin excepción y sin condiciones ni contraprestación, va mucho más allá de una medida de lucha contra la pobreza. Mayte Quintanilla destacó claramente que no se trata en absoluto de una cuestión de caridad o de apoyo social.
“Estamos hablando de un concepto diferente. La riqueza es propiedad de toda la humanidad y cada persona en este mundo es el heredero legítimo de esa riqueza. Es tu derecho! De hecho, una parte muy pequeña de la sociedad se ha apropiado ilegítimamente de esta riqueza. Debemos dejar esto claro, es una cuestión de derecho y no de caridad”.