Contra la extinción, ¡rebelión!

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A principios de enero de este 2019  más de tres mil estudiantes belgas abandonaban las aulas y marchaban por el centro de Bruselas.

Eran jóvenes y adolescentes  preocupados por la parálisis de los gobiernos ante la emergencia climática. La semana siguiente  fueron 12.000.  Un domingo de enero,  con una meteorología invernal que invitaba a quedarse a casa con un chocolate caliente, la policía belga calculó 70.000 manifestantes, mayoritariamente jóvenes.  Cada jueves y convocados por “Youth for climate”, los estudiantes  se manifestarán en las grandes ciudades belgas. Pero también en las pequeñas como Jodoigne donde los chicos y las chicas de las tres escuelas de la  localidad se juntan y marchan en manifestación que se convierte en una acción de “clean walking” y limpian las calles  para dignificar también su villa.

Hace unas semanas unos cuarenta activistas de ”Extinction Rebellion” ocupaban pacíficamente el Parlamento escocés, reclamando a los políticos escoceses políticas mucho más ambiciosas, que  permitieran reducir el CO2 a nivel cero en 2025. En aquellos momentos en el Parlamento se debatía una nueva ley de emergencia climática  que permitiera  subir las reducciones fijadas  en un 42%  para el año 2020  hasta fijarr el objetivo en un 90% para el 2050. No se produjo ninguna detención por parte de la policía que acompañó a los activistas hasta la salida dónde, entre aplausos, fueron recibidos por los compañeros y compañeras.

En noviembre, seis mil activistas habían ocupado  los cinco principales puentes de Londres sobre el Támesis. En el mes de diciembre eran bloqueadas las sedes de la BBC, tanto en Londres como en otras delegaciones territoriales.

También en París los estudiantes salieron a las calles y el pasado sábado  rodeaban el Ministerio de la Transición Ecológica.

En Barcelona, en noviembre, más de un millar de personas nos manifestamos (leer https://www.pressenza.com/ca/2018/11/barcelona-en-marxa-per-lemergencia-climatica/ ) con gran demostración de imaginación, por lo que respecta a las trabajadas perfomances,  pero que reflejaban a su vez la inconsciencia de una sociedad ante el reto más aterrador que tiene el hombre. Hace ya semanas y ante la Universitat de Girona, los estudiantes han iniciado  los “Fridays4Future”, con la intención de sumarse a la  huelga global contra el cambio climático del próximo 15 de marzo, de verdad seremos Europa?

Desde “Extinction Rebellion Barcelona”, colectivo recientemente formado, avisan de forma contundente que la humanidad se encuentra ante un hecho sin precedentes que nos puede llevar a la destrucción de la biósfera si no detenemos la subida constante de temperatura, fruto del depredador sistema económico capitalista. “Si no actuamos ahora mismo, en muy pocas décadas el clima que tendríamos en Cataluña sería el equivalente al del norte de África”. Claro y contundente. Sólo restan doce años, siendo optimistas, para enderezarlo.

No aceptan la resignación y por eso proclaman la “tener que actuar en nombre de la seguridad y el bienestar de las generaciones actuales y de las futuras, de nuestras comunidades y de la vida al planeta”  y “en rebelión no violenta contra todas las instituciones corruptas y ineptas que amenazan nuestro futuro”.

Las élites también están preocupadas por la situación de emergencia climática y responden al problema. ¿Cómo lo hacen?  Acumulan recursos para si mismas, hacen recaer el esfuerzo económico y social sobre las clases menos favorecidas e incrementan así las desigualdades con sus políticas, “consiguiendo que nos olvidemos de ellas, creando división entre las clases populares, sembrando el miedo y el odio identitario, los prejuicios racistas y coloniales, y enderezándolos hacia comunidades o colectivos oprimidos, mientras nos quitan derechos que han costado décadas o siglos de lucha”.

Sólo poniendo en el centro de la solución a las personas, sin exclusiones, y no la economía, recuperando la democracia, buscando un modelo con más bienestar y menos consumismo, con justicia social podemos encontrar un camino, un camino posible.

¿Que se pide desde “Extinction Rebellion”?

  • “Los gobiernos tienen que decir la verdad sobre la gravedad de nuestra situación, tienen que revertir todas las políticas que no se ajustan a esta posición y tienen que trabajar conjuntamente con los medios de comunicación para transmitir la urgencia de la transición, incluyendo el papel que nos corresponde a las personas, en las comunidades y a las empresas y organizaciones.
  • Los gobiernos, cooperando entre ellos, tienen que promulgar políticas jurídicamente vinculantes para reducir de forma rápida y drástica las emisiones de carbono tal como piden los científicos y tomar medidas adicionales para eliminar el exceso de gases de efecto invernadero, medidas que no deben basarse  en sueños tecnológicos inexistentes.
  • Necesariamente, estas demandas requieren iniciativas y movilizaciones de tamaño y alcance parecidos a aquellas promulgadas en tiempos de guerra”.

Si la desobediencia civil es el punto de salida, el mecanismo a desarrollar colectivamente serían las “asambleas ciudadanas que  impulsen y supervisen la revolución ecológica y social, creando una democracia adecuada” que permitieran una lucha efectiva y sin dar más poder a una clase política que traiciona a toda la humanidad y al planeta en beneficio de los privilegiados.

No te resignes. No te quedes en casa. No lo mires por la tele desde el sofá.

Participa. Por dignidad y autoestima. Por principios. Porque estás cabreado o cabreada. Pero sobre todo para sobrevivir.

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