Málaga Ahora pide la comparecencia de Carlos Gómez-Cambronero, director general de Seguridad, por las obras en el parque de Martiricos, que dificultan el desarrollo de las guardias y salidas de emergencia

Los bomberos han tenido que realizar rescates in extremis al no contar siquiera con sierras radiales.

En diciembre se cumplirán dos años del conflicto con los bomberos municipales, que mantienen su encierro para exigir mejoras en las dotaciones e infraestructuras.

Mientras tanto, la figura de los máximos responsables políticos sigue cuestionada. La incapacidad del concejal de Seguridad, Mario Cortés, y del máximo responsable del área, Carlos Gómez-Cambronero, acumula nuevos episodios.

Los portavoces del encierro de bomberos llevan desde abril denunciado las nuevas dificultades que tienen para realizar su servicio con normalidad desde que comenzaran hace medio año las obras de remodelación del parque de Maritircos, que ascienden a unos tres millones, presupuesto con el que se podría haber levantado un nuevo parque, como se ha repetido en numerosas ocasiones.

La propia portavoz de Málaga Ahora, Ysabel Torralbo, recientemente comprobó en persona, junto al resto de concejalas de su formación, la acumulación de materiales de obras, suciedad y ruidos con intervenciones simultáneas en varias zonas, hasta el punto de que se ha clausurado la escalera de emergencia, lo que obliga a los bomberos a salir mediante un largo rodeo a través de las oficinas donde trabaja el personal administrativo, con las consecuentes retrasos. Es más, la nueva puerta de salida para los camiones desemboca en un semáforo y un paso de peatones, lo que suma más retraso.

No se trata, por tanto, como ha destacado Torralbo, solo de medidas de seguridad laboral, «que también se incumplen», sino de deficiencias en un servicio fundamental para la seguridad de todas y todos los malagueños».

Por si fuera poco, el local de la asociación Escalín, que agrupa a bomberos veteranos, ha sido cedido repentinamente a la empresa Dragados, encargada de las obras. Casualmente, es el mismo local en el que se reúne el comité de huelga.

Rescates in extremis

El pasado 31 de agosto saltaba a los medios que una familia de la calle Vistafranca, en Carretera de Cádiz, fue rescatada de un incendio en su vivienda in extremis por los bomberos, tras refugiarse en la bañera.

Poco después, Comisiones Obreras emitía un comunicado en el que asegura que «se está rozando la tragedia». Según el comunicado, ni siquiera se contaban con los efectivos mínimos que marca la normativa, una queja habitual a la que Gómez-Cambronero sigue sin atender. Cuando el fuego comenzó a devorar la vivienda, la madre metió en la bañera a sus hijos y tapó la rendija de la puerta con una toalla.

Por fortuna, como se lee en el comunicado, «Los Bomberos se percatan de que en el pasillo hay una ventana con rejas que da a la habitación en la que se refugió la familia y desde donde gritan pidiendo ayuda. Se interviene intentando romper la reja, pero no se dispone de una radial, ya que al no haber adquirido el Servicio los discos de corte gastados se retiró la herramienta. Las llamas y el humo avanzan y el tiempo de rescate y de vida se acaba. Los Bomberos socorren con sus máscaras de oxígeno a los niños para que respiren aire fresco, evitando que se asfixien.

Todos los Bomberos actúan con las barras metálicas intentando arrancar la reja, y con la fuerza que da la desesperación, por ver a las criaturas a punto de morir, se consigue por fin romper la reja y sacar a los niños que son trasladados a la ambulancia (que por falta de plantilla no lleva Médico).

El Enfermero no da abasto. El rescate de los padres al ser una ventana pequeña, cuesta mucho más, al final se consigue sacar a ambos desvanecidos, pero vivos. Y el Enfermero se multiplica intentando atender a todos los rescatados, está al límite».

Por todo ello, Málaga Ahora ha pedido la comparecencia de Gómez-Cambronero para el próximo lunes, cuando se celebra la comisión de Urbanismo y Seguridad. «Las negligencias de los máximos dirigentes políticos pueden costar vidas humanas, pero nadie asume sus responsabilidades», ha concluido Torralbo.